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¿Qué es el DNS? Todo lo que necesita saber sobre el DNS

What is DNS

Comprender qué es el DNS y cómo funciona ofrece una visión más clara de los fundamentos de Internet. Muestra cómo se producen miles de millones de conexiones cada segundo de forma silenciosa, eficiente y con una precisión extraordinaria.

¿Qué es el DNS?

Cada vez que escribes una dirección web como www.apple.com, tu dispositivo no sabe realmente lo que significa. Los ordenadores se comunican utilizando identificadores numéricos llamados direcciones IP, y el Sistema de Nombres de Dominio (DNS) es el que traduce esos nombres fáciles de recordar para los humanos en códigos legibles por las máquinas que dirigen tu solicitud. Sin el DNS, tendrías que recordar largas cadenas de números en lugar de simples nombres de sitios web, lo que no es nada práctico para la Internet moderna.

¿Quién controla y gestiona el DNS?

Pero un sistema así no puede existir sin una coordinación global.

Ahí es donde entra en juego la ICANN, o Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números. La ICANN define las reglas y la estructura del DNS, gestiona dominios de nivel superior como .com y .org, acredita a los registradores que venden nombres de dominio y distribuye grandes conjuntos de direcciones IP a los Registros Regionales de Internet (RIR).

Estos registros, a su vez, asignan rangos de IP a proveedores de servicios de Internet, empresas de alojamiento web y organizaciones de todo el mundo.

A partir de ahí, el proceso se vuelve más local. Cuando una empresa o el propietario de un sitio web configura un dominio, su equipo de TI o su proveedor de alojamiento web crea registros DNS que indican al mundo a qué dirección IP debe apuntar ese dominio.

Las plataformas en la nube como AWS, Google Cloud o Azure alojan los servidores reales que responden a estas solicitudes. Al mismo tiempo, los ISP (proveedores de servicios de Internet) asignan direcciones IP a hogares y empresas, lo que garantiza que cada dispositivo tenga una forma única de conectarse.

Así, cuando visitas un sitio web, tu solicitud pasa por una jerarquía, desde la coordinación global de la ICANN hasta la asignación regional, pasando por la configuración DNS local que finalmente te lleva a tu destino.

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Incluso los proveedores de VPN, como LightningX VPN, forman parte de este ecosistema. Operan con sus propios conjuntos de direcciones IP, alquiladas o compradas a registros oficiales.

Cuando te conectas a través de una VPN, tu IP visible cambia a una de la red de la VPN, ocultando tu ubicación real, ayudándote a eludir las restricciones geográficas y, en ocasiones, incluso mejorando la velocidad y la estabilidad cuando tu ISP limita el tráfico.

En esencia, el DNS es la infraestructura invisible que mantiene el orden en Internet. Traduce, conecta y dirige, permitiendo que miles de millones de usuarios lleguen a miles de millones de destinos cada día, todo ello en menos de un segundo.

Consejo:

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Características clave del DNS

El Sistema de Nombres de Dominio no es solo una guía telefónica para Internet, sino una red distribuida y tolerante a fallos que hace posible la conectividad global. Varias características clave definen cómo funciona el DNS en la práctica.

1. Estructura jerárquica

El DNS funciona con una jerarquía en forma de árbol, que comienza en los servidores raíz en la parte superior, seguidos de los dominios de nivel superior (TLD) como .com o .org, y luego los servidores de nombres autorizados que almacenan registros para dominios específicos. Esta estructura permite gestionar miles de millones de búsquedas de forma eficiente y fiable cada segundo.

2. Almacenamiento en caché y velocidad

Para reducir los tiempos de búsqueda, el DNS utiliza el almacenamiento en caché. Una vez que su dispositivo o navegador resuelve un dominio, ese resultado se almacena temporalmente. Así, cuando vuelve a visitar el mismo sitio web, el navegador no necesita volver a preguntar a los servidores DNS. Ya conoce la dirección IP, lo que acelera enormemente las conexiones.

3. Redundancia y fiabilidad

Los servidores DNS existen en clústeres en todo el mundo. Si un servidor falla, los demás gestionan automáticamente las solicitudes. Esta redundancia garantiza que, incluso si partes de Internet dejan de funcionar, el sistema en su conjunto siga funcionando sin problemas.

4. Distribución de la carga

El DNS puede equilibrar el tráfico entre varios servidores mediante técnicas como el DNS round-robin. Esto ayuda a que los sitios web grandes o los servicios globales sigan siendo receptivos y estables, incluso cuando millones de usuarios acceden a ellos simultáneamente.

5. Extensiones de seguridad (DNSSEC)

El DNS no se diseñó originalmente pensando en la seguridad, pero las implementaciones modernas utilizan DNSSEC (extensiones de seguridad del sistema de nombres de dominio) para verificar que las respuestas que se reciben no han sido manipuladas. Añade una capa de validación criptográfica que evita ataques como la suplantación de DNS o el envenenamiento de caché.

¿Cómo funciona el DNS?

Piense en el DNS no como un sistema único, sino como una red de bases de datos que cooperan entre sí. No es propiedad de ninguna empresa ni del gobierno.

En cambio, es un sistema estructurado a nivel mundial compuesto por capas, servidores raíz en la parte superior, seguidos de servidores de dominio de nivel superior y, a continuación, los servidores de nombres autoritativos que contienen los registros de dominio reales. Esta configuración descentralizada es la que mantiene la estabilidad de Internet incluso cuando algunas partes de la red se desconectan.

Cada dominio tiene su propio «archivo de zona», una pequeña base de datos que asigna nombres de host a direcciones IP y otra información, como servidores de correo (registros MX) o alias (CNAMES).

Estos registros se encuentran en servidores autoritativos gestionados por la organización propietaria del dominio o por su proveedor de alojamiento. Cuando registras un nuevo sitio web, básicamente estás creando una nueva entrada en esta guía telefónica mundial.

Lo que hace que el DNS funcione de manera eficiente es cómo comparte y recuerda la información. Una vez que un resolutor busca una dirección, esos datos se almacenan temporalmente, en un proceso denominado «almacenamiento en caché».

Cada entrada almacenada en caché tiene un valor de tiempo de vida (TTL), que indica al sistema cuánto tiempo puede confiar en los datos almacenados antes de volver a comprobarlos. Este mecanismo es la razón por la que el DNS puede gestionar miles de millones de búsquedas al día sin colapsar bajo su propio tráfico.

La mayoría de las veces, las consultas DNS viajan a través de UDP, un protocolo ligero que cambia la entrega garantizada por la velocidad. Para tareas que requieren fiabilidad, como la transferencia de archivos de zona completos entre servidores, el DNS cambia a TCP, lo que garantiza que los datos lleguen intactos.

¿Cómo mejora el DNS la velocidad de los sitios web?

Durante un periodo de tiempo predeterminado, los servidores pueden almacenar en caché las direcciones IP, o registros A, que obtienen de las consultas DNS. Al facilitar respuestas rápidas de los servidores, la próxima vez que se realice una solicitud para la misma dirección IP, el almacenamiento en caché aumenta la eficiencia.

Por ejemplo, el servidor DNS local solo tendría que resolver el nombre una vez y, a continuación, podría atender todas las solicitudes posteriores desde su caché si todos los empleados de la oficina necesitaran ver el mismo vídeo de formación en un sitio web determinado el mismo día.

Los administradores eligen el período de retención del registro, que a veces se denomina tiempo de vida (TTL) y depende de una serie de variables. Los intervalos de tiempo más cortos garantizan los resultados más precisos, mientras que los más largos reducen la carga de los servidores.

El mismo principio se aplica más allá de la navegación habitual. El rendimiento del DNS puede afectar directamente a actividades sensibles a la latencia, como los juegos en línea, en los que cada milisegundo cuenta. Elegir uno de los mejores servidores DNS para juegos puede reducir los retrasos en las búsquedas y crear una experiencia más fluida y con mayor capacidad de respuesta, especialmente cuando cada fotograma cuenta.

Tipos de DNS

El DNS es más como un equipo de relevos, en el que cada corredor pasa el testigo hasta que su dispositivo obtiene la respuesta final. Las diferentes partes del sistema se especializan en diferentes tareas y, juntas, mantienen las búsquedas rápidas y fiables.

La primera parada es el resolver recursivo. Suele estar gestionado por su proveedor de Internet o un servicio público como los servidores DNS de Google (8.8.8.8) o Cloudflare (1.1.1.1). La función del resolver es tomar su consulta y encontrar la dirección IP en su nombre. Si ya tiene esa respuesta en caché, la devolverá al instante; si no, la buscará.

El siguiente paso es el servidor raíz, la capa más alta de la jerarquía del DNS. Solo hay unos pocos cientos de ellos en todo el mundo, coordinados en 13 clústeres de servidores raíz.

No almacenan las direcciones de los sitios web, sino que dirigen al resolutor al servidor de dominio de nivel superior (TLD) adecuado. Por ejemplo, .com, .org, .net o códigos de país como .jp.

El servidor TLD sabe qué servidor de nombres autoritativo es responsable del dominio en cuestión. Ese servidor autoritativo es donde se encuentra la información real: el registro DNS real que dice «apple.com = 17.253.144.10».

Una vez que el resolutor obtiene esa respuesta, la envía de vuelta a tu dispositivo y la almacena temporalmente, para no tener que volver a preguntar la próxima vez.

También hay una distinción entre DNS directo y DNS inverso. El DNS directo es el que utilizamos todos los días: traduce los nombres a direcciones IP.

El DNS inverso hace lo contrario: dada una dirección IP, busca a qué nombre de dominio pertenece. Se utiliza a menudo para filtrar spam, registrar datos y realizar diagnósticos de red.

¿Qué es la búsqueda de DNS?

Una búsqueda de DNS es el proceso de encontrar la dirección IP que pertenece a un nombre de dominio. Es lo que ocurre entre bastidores cada vez que visita un sitio web: básicamente, su dispositivo pregunta «¿Dónde puedo encontrar este servidor?».

Hay dos tipos principales de búsquedas:

  • Búsqueda directa: traduce un nombre de dominio (como google.com) a su dirección IP.
  • Búsqueda inversa: hace lo contrario. Toma una dirección IP y encuentra el dominio asociado.

Una búsqueda puede realizarse en milisegundos, pero puede implicar varios pasos. Tu dispositivo comprueba primero su caché DNS local (resultados almacenados previamente). Si no encuentra una respuesta, envía la solicitud a un resolutor DNS, que comienza la búsqueda a través de la jerarquía DNS, los servidores raíz, los servidores TLD y, finalmente, el servidor de nombres autoritativo.

¿Qué es un resolutor DNS?

El resolutor DNS (a veces llamado resolutor recursivo) es el componente que realiza todo el trabajo durante una búsqueda. Piensa en él como el asistente personal de tu dispositivo en Internet.

Cuando escribes una dirección web en tu navegador, el resolutor recibe la consulta y averigua dónde encontrar la respuesta. Si ya tiene esa respuesta almacenada en caché, obtendrás una respuesta instantánea. Si no es así, consulta otros servidores DNS paso a paso (raíz > TLD > autoritativo) hasta obtener la dirección IP correcta.

Los resolutores suelen ser gestionados por tu proveedor de servicios de Internet (ISP), pero también puedes utilizar resolutores DNS públicos como:

  • Google DNS (8.8.8.8 / 8.8.4.4)
  • Cloudflare (1.1.1.1)
  • OpenDNS (208.67.222.222 / 208.67.220.220)

El uso de un resolutor fiable puede mejorar la velocidad y la seguridad de su navegación, ya que algunos resolutores públicos bloquean sitios maliciosos u ofrecen consultas DNS cifradas (como DNS sobre HTTPS).

Tipos de consultas DNS

Cuando su dispositivo realiza una búsqueda DNS, no siempre pasa por todo el proceso de solicitar una respuesta a varios servidores. Dependiendo de la información que ya esté disponible, hay tres tipos principales de consultas DNS que determinan la eficiencia con la que responde el sistema.

1. Consulta recursiva

Este es el tipo más común. En una consulta recursiva, su dispositivo (o cliente DNS) solicita a un resolutor DNS que encuentre la dirección IP exacta de un nombre de dominio, sin importar cuántos pasos sean necesarios.

A continuación, el resolutor se pone en contacto con otros servidores DNS, empezando por la raíz y bajando hasta los dominios de nivel superior (como .com). Y, por último, con el servidor autoritativo hasta obtener una respuesta definitiva. El dispositivo del usuario espera esa respuesta definitiva.

2. Consulta iterativa

En una consulta iterativa, el resolutor no asume toda la responsabilidad de encontrar la respuesta. En su lugar, le da a su dispositivo la «mejor respuesta posible» que conoce en ese momento, normalmente una referencia a otro servidor DNS que podría tener información más precisa.

A continuación, su dispositivo puede continuar el proceso si es necesario. Este método reduce la carga de los resolutores DNS y acelera el rendimiento general.

3. Consulta no recursiva

Una consulta no recursiva se produce cuando el resolutor ya conoce la respuesta. Esto se debe a que el resultado se almacena en su caché local.

En este caso, devuelve la dirección IP al instante sin ponerse en contacto con ningún otro servidor DNS. Es el tipo de consulta más rápido y una de las razones por las que el almacenamiento en caché del DNS desempeña un papel tan importante para mantener la capacidad de respuesta de Internet.

Historia del DNS

Mucho antes de que la web se convirtiera en lo que es hoy en día, Internet era una red pequeña y estrechamente conectada conocida como ARPANET. En aquellos primeros días, los ordenadores no tenían un sistema de nomenclatura sofisticado.

En su lugar, dependían de un simple documento de texto llamado HOSTS.TXT, que enumeraba todos los nombres de los ordenadores junto con su dirección IP correspondiente. El archivo era almacenado y distribuido por el Instituto de Investigación de Stanford, y cada vez que un nuevo ordenador se unía a la red, alguien tenía que actualizar manualmente el archivo y compartirlo con todos los demás.

Esta configuración funcionó al principio, pero rápidamente se volvió insostenible. A medida que aumentaba el número de ordenadores conectados, el archivo HOSTS.TXT se hacía más grande y más difícil de mantener.

Circulaban diferentes versiones del archivo, las actualizaciones se retrasaban y los errores a menudo provocaban fallos de comunicación. Quedó claro que se necesitaba un sistema más dinámico y automatizado.

En 1983, el informático Paul Mockapetris, del Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad del Sur de California, ideó una nueva solución.

Diseñó el Sistema de Nombres de Dominio (DNS), una forma distribuida y jerárquica de organizar y traducir los nombres de dominio a direcciones IP. Su diseño se publicó posteriormente en RFC 882 y RFC 883, y estos documentos se convirtieron en el modelo de funcionamiento del DNS moderno.

A mediados de la década de 1980, el DNS había sustituido por completo al anticuado modelo HOSTS.TXT. Hizo que Internet fuera escalable, fiable y mucho más fácil de navegar. Los principios básicos del diseño de Mockapetris siguen utilizándose hoy en día, soportando silenciosamente miles de millones de conexiones en línea cada segundo.

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